miércoles, 10 de diciembre de 2014

ARTETERAPIA PARA MEJORAR LA RELACION HIJO-PADRE





     El psicólogo y arteterapeuta canadiense Pierre Plante destaca en sus estudios que cuando hay dificultades en las relaciones entre padres e hijos la arteterapia es un excelente medio para lograr un diagnóstico, remontarse al origen del problema y tratarlo.

     Con el fin de que la intervención resulte eficaz y duradera a menudo se invita a los padres a participar en las sesiones de psicoterapia con su hijo. La creación plástica es un modo de redescubrir y estar en contacto con los deseos, necesidades y fantasías del uno y del otro, invitando así a los padres a entrar en el mundo subjetivo del hijo y a mejorar la empatía con él. Para mantener una relación sana es imprescindible comprender al otro, como más nos equivoquemos respecto a lo que siente nuestro hijo, más frustración e incomunicación estaremos generando. Norma Feshback investigadora de la Universidad de California ha constatado que las madres que tienen poca empatía tienden a tener hijos más ansiosos, depresivos y agresivos.

     Cuando el progenitor y el hijo realizan juntos un trabajo manual este le muestra al niño que está ahí para apoyarle y el niño por su parte logra que un padre que esté muy a la defensiva acabe actuando de un modo más natural y espontáneo.

     Veamos un caso: una madre, que no solía ser muy expresiva con su cariño hacia su hijita, llevó a  la niña a la consulta psicológica pues se lo habían recomendado en la guardería. En el taller de arteterapia la madre tenía que realizar una máscara de yeso aplicando directamente sobre el rostro de su hija las tiras de yeso humedecidas. La madre dudaba, pero la niña se mostraba totalmente confiada y aguardaba con los ojos cerrados a que su madre empezara. Finalmente la madre lo hizo, pero confesó que ella jamás hubiera mostrado tal confianza ante sus padres pues la maltrataban y para ella cualquier contacto físico era una amenaza. Una vez descubierto que el origen del problema estaba en la infancia traumática de la madre y que ella aplicaba con su hija lo que ella hubiera querido cuando era pequeña -que no la tocaran- la madre pudo empezar a darle a la pequeña lo que realmente necesitaba: contacto físico y una gran profusión de caricias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario